Compitiendo contra Todos, en Todas partes y por Todo
1 de Enero de 2009 - numero_29
El título de este artículo fue inspirado en el libro de Harold Sirkin, James Hemerling y Arindam Bhattacharya: “Globality”. Los autores, miembros del Boston Consulting Group, en su principal enunciado sentencian: “Competing with Everyone from Everywhere for Everything” cuya traducción textual del inglés debiera transcribirse como: “desde todas partes” y no “en todas partes” como caprichosamente lo anotamos aquí y más adelante veremos por que. Ya se menciona como las 3E y su versión en castellano seguramente la referirá como las 3T. En síntesis la idea describe que estamos transitando desde la “Globalización” a la “Globalidad”. Según los autores de la nueva expresión, la “Globalidad” es el paso siguiente al de la globalización donde la dejó definida Thomas Friedman en su bestseller “El Mundo es Plano”. Aunque los autores enfoquen la temática desde la perspectiva de las empresas industriales y se refieran específicamente a ejemplos de las economías emergentes más grandes, en especial las del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) nosotros nos permitiremos extrapolar esa línea de pensamiento, para plantear un análisis de la actual distribución en Latinoamérica.
Ya hemos reconocido la competitividad de las empresas industriales de nuestro sub-continente, que se han abierto paso con sus exportaciones hacia el resto del mundo. Pero ahora planteemos lo atractivos que pueden ser nuestros mercados, ante esta compleja coyuntura económica. Si bien antes las dificultades eran generadas en nuestros países, todos admiten que la actual crisis lleva la etiqueta de “Made in USA” y, aunque está afectando a todo el globo, su principal impacto se nota en el primer mundo. Las grandes compañías globalizadas están mirando más allá, en busca de nuevos mercados, procurando sostener su rentabilidad, están dando un paso desde la “economía especulativa” hacia la “economía real”. Su supervivencia ya no depende del valor de sus acciones en la Bolsa de Valores, ni de sus propios mercados alimentados por burbujas, ahora se trata de la “economía productiva” y para mantenerse rentables, deberán desplazarse a donde se encuentren los nuevos mercados de consumo. Ningún mercado es demasiado pequeño ni está tan lejos, como para menospreciar nuevas oportunidades de negocio. El desembarco de nuevos competidores será algo cotidiano en todas las plazas. Hoy ya no asombra saber que Office Depot inaugure nuevas tiendas en México, ni que se expanda a todo lo largo de América Central hasta llegar a Colombia; tampoco que Staples se abra camino en Argentina y que luego suba por Brasil, teniendo en la mira a Perú, Colombia y Venezuela; no llama la atención que OfficeMax continúe estrenando nuevos locales en México y Puerto Rico; ni que se abran más franquicias de Office 1 Superstore en México, Perú o Venezuela, tampoco extrañaría a nadie ver una firma de Chile desembarcando en Perú, o alguna de Venezuela estableciéndose en Panamá, cualquier combinación es posible. Tal como lo explica la teoría de la Globalidad, estamos viendo un modelo en el que “el contexto es diferente, en que los negocios fluyen en todas las direcciones. Las empresas ya no tienen un centro. La idea de empresa extranjera ahora suena artificial”. En otro orden y tal como desarrollamos en el artículo “Reformulando el Modelo de Negocio”, los hipermercados, drugstores, convenience stores y otros tipos de negocios, ya venden productos de papelería, mientras las librerías y papelerías integran en su mix café, golosinas, papel higiénico o productos de limpieza. Sirkin, uno de sus autores advierte: “La rápida expansión del comercio hacia todos los rincones arrasará con las empresas que no logren responder a esa tendencia”. La clave es capacitarse y disponerse a ser cada vez más eficiente, para competir contra todos, en todas partes y por todo.