Copias de artículos de precio intermedio, otro recurso de los falsificadores
17 de Agosto de 2010 - Destacados

Christian Loubotin ilustra cómo marcas de lujo deben reaccionar ante las falsificaciones. Este sello de calzados y carteras hace la guerra por Internet, exponiendo sitios que venden malos émulos de zapatos cuyos originales cuestan US$ 600 o más.
La idea es que la reacción del público frene eventualmente a falsificadores e imitadores. Otras marcas caras llegan a los tribunales. Así, Versace -no justamente el pináculo del buen gusto- obtuvo hace poco veinte millones en por daños y perjuicios. En su caso, por copias.
Pero los artistas de la falsificación no tienen prisa en abandonar el campo. Simplemente, bajan la mira, como revelaba hace poco el New York Times. Por ejemplo, circulan cada vez más imitaciones de carteras Kooba (US$ 290/300) y botitas Ugg (150), en lugar de artículos de Louis Vuitton (US$ 2.800).
Es decir, florecen buenas imitaciones de rubros no ya estelares, especialmente en Internet. Primero, porque los originales y copias de marcas líderes resultan caros. Segundo, porque las compañías afectadas pleitean. Tercera, porque las mercancías de semilujo son más fáciles de colocar por la Red.
Otra ventaja de esa gama intermedia reside en que sus precios se aproximan mucho a los de los productos originales. Mientras un comercio minorista sabe que un artículo realmente caro no puede ser verdadero si se vende a valores demasiado bajos, las falsificaciones de rubros intermedios se ofrecen a precios creíbles. Así, una imitación de la cartera Kooba (US$ 300) puede costar 190, o sea lo bastante para que un comprador en línea crea que es genuina.
Fuente: Mercado – Argentina