Cómo ser un buen CEO y no sucumbir en el intento
16 de Marzo de 2011 - Destacados
Walter Sutton estuvo en Buenos Aires para dar una conferencia sobre balance entre vida laboral y vida personal.
Comúnmente se supone que obtener altos cargos dentro de una compañía sólo presenta connotaciones positivas: altos salarios, reconocimiento social y otra serie de beneficios. Sin embargo, a medida que se escalan posiciones, también van aumentando las responsabilidades, y el tiempo para el ocio y la vida familiar es cada vez menor.
En el marco de una conferencia anual organizada por Vistage, una organización mundial de CEO, Walter Sutton, especialista en negocios internacionales, dictó una conferencia en la que se debatió acerca de la disputa entre la carrera y la vida personal. “Uno de los secretos es saber que se puede ser CEO y también hacer lo que habitualmente se pone en la lista de `tareas pendientes personales’, como viajar, descansar y estar con la familia y amigos. No hace falta dejar de lado la empresa para lograr todo eso”, explicó Sutton, fundador de W.G.Sutton III International, una empresa dedicada a capacitar a CEO y ejecutivos.
¿Cómo se hace para equilibrar el trabajo y la vida personal?
Creo que el problema es que el concepto de equilibrio está mal entendido. Hay momentos en la vida en los que uno hace una elección sobre qué va a priorizar. Hay gente que se olvida de que no se pueden hacer sacrificios toda la vida y que las cosas resulten bien. En los inicios es cuando más duro se debe trabajar; esto nos dará experiencia e inteligencia para ir incorporando el resto de los elementos.
¿Hay alguna diferencia generacional en este sentido?
Por supuesto. En relación con este tema existe una distancia muy grande entre una generación y otra. La gente de más edad, como yo, trabajaba y trabajaba y pensaba que eso era todo. Los más jóvenes no sienten eso: quieren vivir la vida, tienen una visión diferente del trabajo. De todas formas, incluso a ellos hay que recordarles que tienen que cuidarse. El problema es que la sociedad halaga demasiado al exitoso, le da estatus cuando le va bien. Esto genera adicción.
Usted habla de la diferencia entre gerentes y CEO. ¿Qué pueden aprender uno del otro?
Primero: uno no puede vivir sin el otro. Segundo: los gerentes hacen la mayor parte del trabajo. Tercero: la única medida del éxito del CEO se encuentra en el trabajo de sus gerentes y las personas que trabajan en la compañía. El éxito del CEO es lo que hace su comunidad.
Su trabajo es tener una buena estrategia y buena gente trabajando para él. Elegir buenos gerentes y que esos gerentes también aprendan a contratar buenos equipos de trabajo. Muy pocos CEO llegan a ese punto.
¿No es una contradicción tratar de lograr ese equilibrio y a la vez pedirles a los gerentes que trabajen más?
No es solamente lograr equilibrio para mí, sino para toda la comunidad. ¿Es solamente por la ganancia que trabajamos? La responsabilidad de los CEO es también crear una cultura que les permita a las personas enriquecer su vida y no sólo trabajar más.
La importancia de delegar
Sutton indica que una de las variables fundamentales en pos del tan buscado equilibrio es la capacidad de delegar el trabajo: “Los emprendedores están muy ocupados. Casi todos empiezan haciendo de gerentes, administrativos, vendedores y cadetes a la vez; luego van delegando su trabajo en otros. Lo que deben aprender la mayoría de los emprendedores es a buscar personas que hagan crecer a la empresa y no hacer ellos todas las tareas. Muchos no lo aprenden y eso los estanca”.
Por otra parte, el especialista asegura que así como el inicio de una compañía es parecido a un nacimiento, también es verdad que todas las empresas tienen un fin: “Esta situación representa una pérdida emocional. Hay que concebir a la compañía desde lo personal, como un tema de vida o muerte, porque en algún punto lo es”.
Fuente: Clarín – Argentina