Expertos vuelven a cuestionar rol de clasificadoras de riesgo
9 de Agosto de 2011 - Destacados
Una semana antes de que colapsara el banco de inversiones Lehman Brothers en EE.UU., en septiembre de 2008 -hecho que dio paso a una feroz recesión global-, las tres grandes clasificadoras de riesgo le otorgaron “grado de inversión”.
Standard & Poor”s (S&P), Fitch Ratings y Moody”s fueron entonces objeto de un intenso fuego por parte de políticos y economistas, reprochándoles no sólo su incapacidad para anticipar los riesgos, sino también se puso en tela de juicio su legitimidad para seguir calificando el nivel de solvencia de empresas y países.
Como si el tiempo no hubiese pasado, 33 meses después la historia vuelve a repetirse, esta vez de la mano de S&P, y nuevamente en EE.UU., a raíz de su decisión de degradar la calificación de riesgo del país.
La medida de S&P desató un terremoto bursátil -esta vez no bastó que un entusiasta Warren Buffett declarara a Bloomberg que EE.UU. merece una “cuádruple A”-, lo que revivió las críticas sobre el rol que juegan las calificadoras de riesgo en la economía mundial (aunque Fitch y Moody”s por ahora mantienen la “triple A” de Estados Unidos).
Uno de los disparos provino de Bill Miller, presidente y gestor de inversiones de Legg Mason Capital Management. En una columna publicada en Financial Times, señala que “S&P mostró una increíble ignorancia y desprecio por las consecuencias potenciales de un frágil sistema financiero global. La agencia de calificación eligió tomar esta acción después de la peor semana en los mercados de Estados Unidos desde 2008. La acción fue completamente innecesaria”.
Miller va más allá, y plantea que “es inaceptable que una agencia privada (…) pueda tener un estatus legalmente reconocido en el corazón del sistema financiero que funciona casi como un cuasi regulador”.
Tampoco se quedó atrás Paul Krugman, Nobel de Economía 2008 y quien ha sido un tradicional crítico de estas agencias calificadoras. En The New York Times escribió: “Lo primero es que Estados Unidos ya no es más el país estable y confiable que alguna vez fue. Lo segundo es que S&P en sí misma tiene incluso menos credibilidad; es el último lugar que uno debería mirar para tener un juicio sobre las perspectivas de nuestra nación”.
Krugman recuerda que estas agencias tuvieron un rol central en ocasionar la crisis, “entregando calificaciones “AAA” a activos respaldados por hipotecas que desde entonces se han convertido en basura tóxica”, e ironizó diciendo que la agencia reconoció que había errores en sus cálculos sobre la salud fiscal de EE.UU., pero aun así decidió bajar la clasificación, eliminando algunos análisis económicos de su reporte.
El economista opina que los problemas del país tienen poco que ver con aritméticas presupuestarias de corto o mediano plazo: “Lo que hace que Estados Unidos sea poco confiable no son las matemáticas del presupuesto, sino sus políticos”.
Fuente: Economía y Negocios – Chile