Susan Kare: La diseñadora detrás de la interfaz de la Mac
28 de Noviembre de 2011 - Destacados
Una de las características que más atrajo la atención durante el lanzamiento de la Macintosh en 1984 eran los iconos de su amigable interfaz, en una época en donde las computadoras de escritorio ofrecían una interacción mediante una línea de comandos. La historia detrás de su desarrollo, con la visita de Steve Jobs a los laboratorios de Xerox en Palo Alto forma parte de una anécdota que incluso retoma, con interesantes detalles, la biografía del cofundador de Apple escrita por Walter Isaacson .
Dado el contexto, en donde no existía una plataforma comercial similar, el desarrollo de sus iconos tan representativos para el mundo Mac estuvo a cargo de Susan Kare, contratada por Apple a comienzos de la década del 80. Algunos de los iconos más destacados de la interfaz, tales como la Mac sonriente, el cesto de basura, la lata de pintura y la bomba fueron creados por la diseñadora, que también estuvo a cargo de las fuentes del sistema operativo, una de las obsesiones de Jobs.
Su trabajo no pasó desapercibido para la industria, y también fue contratada por Microsoft para desarrollar la interfaz de uno de sus emblemáticos juegos de Windows: el Solitario. Entre sus trabajos más recientes figura el diseño de los famosos objetos virtuales de Facebook, una característica que ya no se encuentra disponible en la red social.
En un libro que recopila todos sus trabajos desde 1983 a la fecha, Susan Kare: ICONS pone en su tapa su obra más representativa: la Macintosh sonriente. Con notas personales de la autora, el ejemplar sólo se vende en el sitio web de la autora ( http://www.kareprints.com/ ) e incluye sus diseños para compañías como PayPal, Microsoft y Facebook.
Su relevancia trascendió más allá de la industria. “Sus iconos transmiten inmediatamente sus funciones, de forma ingeniosa y con estilo”, según la descripción del Museo de Arte Moderno de Nueva York , que la destacó como una de las pioneras en el diseño de interfaces para computadoras.
Fuente: La Nación – Argentina