Consumo colaborativo: el nuevo trueque se convierte en negocio
28 de Junio de 2012 - Destacados

¿Utilizas tu coche las 24 horas del día? Entonces, ¿por qué no rentabilizas ese bien el resto del tiempo? Ésta es la filosofía en la que se basa el consumo colaborativo, un movimiento que consiste en cambiar, compartir o distribuir bienes o servicios con otras personas que puedan necesitarlos y, de paso, sacar provecho de ello. Páginas como eBay, Groupon o Blablacar nacieron bajo esta doctrina y están teniendo mucho éxito.
Internet y las redes sociales son los soportes ideales para este modelo de consumo, ya que pueden poner a disposición de personas que están en la otra parte del mundo una habitación, un libro que te sobra o cualquier otro bien que no necesites. Y los clientes son la base de un negocio que nace bajo esta filosofía. “Son la parte activa, por lo que es imprescindible contar con sus opiniones. La reputación online juega un factor crítico como garante de la transacción y como un generador de confianza que hace que los clientes tomen la decisión de comprar sin miedo”, explica Jesús Rebollo, profesor asociado de márketing de IE Business School.
Características
Para que este intercambio de bienes supere la barrera de las transacciones habituales que se realizan entre los amigos y la familia, es necesario que el producto o servicio que se ofrezca “atienda a una necesidad real de los consumidores; que haya una correcta definición del objeto que se pone a disposición; que el proceso de compra sea transparente y que la plataforma cuente con una estructura tecnológica sólida que garantice la seguridad de los datos personales y las transferencias económicas”, enumera Rebollo. Y para tal fin tampoco hace falta una gran inversión inicial, si lo que se pretende es poner en marcha un negocio basado en la sostenibilidad y no en el crecimiento. Aunque, como señala Enrique Dubois, consejero delegado de Mola.com, “para que exista una masa crítica de usuarios que demanden esos bienes, es necesario destinar capital a márketing”. La parte tecnológica también adquiere una cierta importancia a la hora de montar un portal de estas características.
Este movimiento ha surgido con fuerza en todos los sectores, incluso en el mundo de las finanzas de la mano del crowdfunding, que consiste en la puesta en común de los recursos financieros de personas anónimas para apoyar una iniciativa de un tercero.
Sin embargo, Dubois asegura que en España sectores como el de la alimentación aún se resisten a utilizar este tipo de consumo, mientras que en Estados Unidos y en Francia ya hay algunos servicios populares en esta área.
No obstante, hay multitud de ejemplos que reflejan esta tendencia de una manera clara. Desde los modelos basados en el peer-to-peer (comunicación entre iguales), hasta los tradicionales de compra y venta de segunda mano o los últimos conceptos basados en las compras grupales. No siempre hay que tirar lo que ya no se usa.
Fuente: Expansión