Estados Unidos: ¿Imprimir dinero ha funcionado?
15 de Julio de 2013 - Destacados
Todo parece ir bien! ¿O no es así?
Las ventas de autos suben.
Los precios de las casas suben.
El precio del petróleo sube.
Y el martes, tanto el Dow Jones como el oro subieron, 75 puntos y US$ 11 respectivamente.
Ah, y el número de trabajos también sube.
Llegados a este punto, incluso el pesimista David Rosenberg ve la luz al final del túnel. En su opinión la situación ha cambiado radicalmente:
Primero vino la recuperación de los mercados de deuda en 2009-2010. Luego vino la recuperación del mercado inmobiliario en 2011. Y ahora tenemos la tercera parte de la recuperación económica, que es la recuperación del mercado laboral.
Y no sólo me refiero a los más de 195.000 nuevos empleos creados en junio y en las revisiones al alza de que llegaremos a ver una recuperación de 265.000 empleos más al mes. Lo más importante es que ha sido el sector privado quien ha añadido 202.000 empleos en junio y que esto ha sido lo habitual durante los últimos cinco meses.
Considerando la magnitud del recorte presupuestario de principios de año, sólo el más ardiente pesimista no se hubiera impresionado por estas cifras de creación de empleo.
Entre 2002 y 2007, el número de nuevos puestos de trabajo generados por el sector privado fue de 136.000 al mes. Un poco antes, durante el boom tecnológico entre 1992 y 2000 la creación de empleo era de media de 210.000 nuevos puestos de trabajo al mes.
Así que dejo que juzguen si el nuevo ritmo de creación de empleos da por concluida la crisis económica. Las predicciones de que en los próximos meses va a aumentar la creación de empleo refuerzan la sensación de que lo peor de la crisis ya ha pasado.
“Cuando los hechos cambian, cambio de opinión” dijo Keynes.
Lo que esto nos sugiere es que en primer lugar las opiniones de Keynes no eran demasiado buenas.
Pero, ¿y las nuestras? ¿Deberíamos cambiar de opinión? ¿Puede que estuviéramos equivocados? ¿Puede que la economía se esté recuperando? ¿Puede que la Bolsa esté en un mercado alcista real, y no en uno alimentado por la liquidez artificial inyectada por la Fed? ¿Puede que ya no necesitemos el oro porque la Fed tiene la deuda bajo control?
Si admitiéramos que estábamos equivocados, ¿deberíamos vender todo nuestro oro y comprar tantas acciones como podamos?
No. No se puede curar a un alcohólico comprándole otra bebida. Se emborracharía otra vez pero el problema seguiría ahí e iría cada vez a peor.
La economía de Estados Unidos (y esto también sirve para las economías de Europa y de Japón, pero de momento no vamos a hablar de ellas) dio un cambio radical en los años 80. El crecimiento natural, sostenible y saludable dio lugar a un crecimiento engañoso sustentado en la burbuja del crédito.
Hemos hablado de esto muchas veces, pero es importante que lo entendamos bien. El “crecimiento” de los últimos 30 años no ha sido como el crecimiento de los 30 años anteriores. No se ha basado en un incremento de la productividad, en un incremento en los salarios y en un incremento en la inversión.
Los salarios reales no han crecido. La única manera que han tenido los trabajadores de mejorar su estilo de vida ha sido endeudándose. Así es como la burbuja crediticia empezó e hizo posible que América abandonara el patrón oro en 1971.
Gastarse el dinero que uno no tiene es una de las cosas que Herb Stein tiene en mente cuando dice que “cuando algo no puede durar para siempre, para”.
En nuestro caso, paró en 2007 cuando la deuda total de Estados Unidos alcanzó el 360% del PIB. Un incremento desde el 200% en 1980.
Desde 2008, la Fed ha trabajado incansablemente para volver a los buenos tiempos de la economía, inyectando masivas cantidades de crédito en una economía que ya estaba sobre-endeudada.
Pero espere. ¿Cómo sabemos cuanta deuda debe soportar una economía moderna? Por todo el mundo vemos que Japón, Reino Unido e Irlanda tienen mucha más deuda que Estados Unidos; más del 500% del PIB cada una de ellas.
Si ellos pueden, ¡claro que Estados Unidos puede! La Fed inyecta más crédito. Los inversores creen que esto nos hará volver a los buenos tiempos. Y los consumidores –pobres desgraciados- gastan el dinero que ni siquiera tienen en cosas que ni siquiera necesitan.
Sí, mi querido lector, después de un pequeño período de austeridad toda la familia se va de vacaciones al Caribe a disfrutar de la vida.
Esto es lo que ha publicado Reuters recientemente:
El crédito a los consumidores alcanzó su máximo en mayo, señal de que los bajos costos de endeudamiento están impulsando el crecimiento económico aunque los tipos de interés hayan aumentado.
Según la Reserva Federal, el crédito total a los consumidores ha aumentado en el último mes en US$ 19.600 millones hasta los US$ 2,8 billones en total. Los economistas sondeados por Reuters esperaban que el crédito a los consumidores aumentara en US$ 12.500 millones.
La deuda de los consumidores creció tanto para el crédito avalado, que incluye desde autos a matrículas universitarias, como para el crédito sin aval como tarjetas de crédito. En total, la deuda de los consumidores registró su mayor subida desde mayo de 2012.
Ahora que tanto el Gobierno como el sector privado están inyectando deuda, ¿es ésta la gran economía del crecimiento real?
El Gobierno quiere que la economía se mueva, aunque sea de la peor manera posible. Desde donde me encuentro –en el campo en Normandía- parece que han tenido éxito.
Puede que hayan evitado la corrección, pero ahora tienen una mucha mayor entre manos a la vista.
Autor: Bill Bonner, fundador y presidente de Agora Inc., con sede en Baltimore, Estados Unidos. Su obra incluye los libros “Financial Reckoning Day” y “Empire of Debt” que estuvieron en la lista del New York Times de textos más vendidos.
Fuente: Inversor Global