China impulsa la producción de papel en Brasil
26 de Agosto de 2013 - Destacados
Las empresas en Brasil están invirtiendo miles de millones de dólares para incrementar la producción de pulpa de celulosa con la que se fabrica el papel, anticipando que la demanda crecerá gracias a la expansión de una clase consumidora en China, a pesar de que su economía se desacelera.
Las empresas de pulpa brasileña están apostando a que China será capaz de administrar la transición de una economía basada en exportaciones a una con énfasis en el consumo de la clase media.
Empresas como Klabin SA, Suzano Papel e Celulose SA y la chilena Empresas CMPC SA, han presentado planes para invertir más de US$10.000 millones en Brasil de aquí a 2020, lo que agrega al menos 20 millones de toneladas de pulpa al año y convertiría al país en el segundo mayor productor del mundo. Con una producción de 13,8 millones de toneladas de pulpa por año, Brasil ocupa el tercer lugar en la clasificación mundial, detrás de Estados Unidos y Canadá, según la firma de investigación del sector Risi Inc.
Estas empresas tienen algunas ventajas naturales sobre los competidores globales. Los costos son menores debido a la tierra fértil y los abundantes recursos de Brasil. Los árboles de eucalipto brasileños tardan sólo seis años en ser cosechados, mientras que en Chile ese mismo proceso toma 10 años, en Europa 13 y en China casi 20.
Sin embargo, a largo plazo podría haber fusiones y adquisiciones, a medida que las empresas batallan para mantenerse rentables y controlar sus niveles de endeudamiento. Las fuertes inversiones requerirán que muchas firmas pidan más dinero prestado. Conforme aumenta la competencia, esas deudas empezarán a llamar más la atención; algunas firmas ya están contemplando oportunidades para comprar plantas o incluso directamente rivales.
“El hecho es que hay mucha oferta ahora y quizás el mercado no tendrá suficiente capacidad para consumirla”, apuntó Viccenzo Paternostro, un analista del sector de papel y pulpa en Credit Suisse.
Las preocupaciones sobre el enfriamiento de la economía china han sacudido los mercados globales en los últimos meses, en medio de temores de que el apetito del gigante asiático por los commodities se esté reduciendo. Pero las empresas de pulpa aseguran que pese a la desaceleración, los chinos se volverán más ricos y se mudarán a las ciudades, donde consumirán más productos de papel.
La expansión en Brasil de la industria de pulpa de celulosa contrasta de lleno con Europa y China, donde las empresas del sector han estado eliminando plantas. Las firmas europeas cerraron algunas porque operarlas resultaba demasiado caro, mientras que en China, las preocupaciones medioambientales sobre las anticuadas fábricas de celulosa han provocado cierres.
Quizás el proyecto más ambicioso sea Eldorado Celulose e Papel SA, que aspira a construir una de las mayores empresas de pulpa y papel en el mundo para el final de la década, con la meta de producir unos cinco millones de toneladas al año. La compañía abrió su primera planta en diciembre de 2012 y planea exportar 90% de su producción, principalmente a Asia. También apunta a facturar US$1.000 millones en 2013, su primer año entero de operaciones. Eldorado declinó hacer comentarios para este artículo.
Fibria Celulose SA, la mayor firma de pulpa y papel de Brasil, es más cautelosa. Contempla una expansión de una planta para añadir unas 1,5 millones de toneladas de capacidad, pero esperará hasta el próximo años para tomar una decisión al respecto.
Por ahora, la firma está concentrada en mejorar su calificación de crédito para disminuir sus costos de financiación. Los analistas dicen que esto podría colocar a la empresa en una buena posición si surgen oportunidades de adquisición.
“El ingreso de nueva capacidad de producción de pulpa en los próximos dos años probablemente ejercerá presión sobre la rentabilidad de algunas empresas en el sector y podría obligar a reestructurar la industria”, dijo Marcelo Castelli, presidente ejecutivo de Fibria Celulose. “Eso creará un clima favorable para fusiones y adquisiciones en un mercado que aún está altamente fragmentado”.
Fuente: The Wall Street Journal