Los presidentes ejecutivos también salen a buscar empleo
17 de Marzo de 2014 - Destacados
Cuando Ravi Saligram dirigió OfficeMax Inc., renovó la estrategia digital del minorista de productos de oficina y orquestó una fusión con su principal rival antes de alejarse en noviembre pasado después de tres años en el cargo.
Ahora Saligram, de 57 años, cambió la mejor oficina de la compañía por la oficina de su casa en Naperville, Illinois. Sin la ayuda de un asistente por primera vez en más de una década, su horario depende por completo de sí mismo. Recientemente, se planteó la posibilidad de unirse a LinkedIn.
Los ex presidentes ejecutivos reciben mucha ayuda cuando están en el proceso de encontrar un nuevo trabajo, desde reuniones en persona con reclutadores y asesores de carrera, hasta consejos de otros ejecutivos, que a menudo están disponibles con sólo una llamada telefónica.
Pero entrevistas con presidentes ejecutivos y reclutadores sugieren que, en muchas formas, sufren los mismos problemas que afectan a las demás personas que buscan empleo: pasan horas en Internet investigando potenciales empleadores y buscando pistas, o tratando cuidadosamente de encontrar el tono adecuado en los correos electrónicos que envían a contactos y ex colegas. También tienen que soportar largas esperas que algunos reclutadores y asesores de ejecutivos dicen se han vuelto más prolongadas e intensas, ya que las empresas apelan a una red internacional más amplia en busca de talento con destrezas muy específicas.
En Estados Unidos, los presidentes ejecutivos disfrutan de una baja tasa de desempleo: 1,6% en 2013, frente a 6,6% para todos los trabajadores, según la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país. Pero las ofertas de trabajo en ese nivel son escasas desde hace varios años.
El número de empresas del índice S&P 500 que nombró nuevos líderes llegó en 2012 a un mínimo de nueve años, con el nombramiento de sólo 37 nuevos jefes, según la firma de búsquedas laborales Spencer Stuart. En 2013, 53 compañías nombraron nuevos presidentes ejecutivos, pero 72% fueron movimientos internos, según Spencer Stuart.
Eso les ha dado a algunos ex ejecutivos la opción de escoger entre ofertas de trabajo, pero “el resto está luchando”, dice Gail Meneley, quien ofrece servicios de recolocación para ejecutivos.
Sus clientes, por lo general ejecutivos que fueron despedidos de sus empresas, están aceptando cargos en compañías más pequeñas o con salarios más bajos, explica. (La remuneración, sin embargo, sigue siendo buena. El salario medio para los jefes de una empresa de tamaño mediano fue de US$4,7 millones en 2012, según Equilar Inc., que sigue los sueldos de ejecutivos).
Antes de comenzar su búsqueda, muchos ejecutivos cesantes optan por tomar un tiempo libre. David Kirchhoff, quien pasó casi siete años al frente de la empresa de reducción de peso Weight Watchers International Inc. se tomó seis meses para viajar antes de alejarse de la organización en agosto pasado. Vio corridas de toros en España y surfeó en Australia, además de recorrer Nueva Zelanda en bicicleta. Ahora, de vuelta en su hogar en Darien, Connecticut, el ejecutivo de 47 años se ha estado reuniendo con firmas de privateequity e inversionistas de capital de riesgo, aunque dice que está dispuesto a esperar por algo “increíble”.
La dirección de una empresa deja poco tiempo para la autoreflexión. Jane Stevenson, una reclutadora de ejecutivos y asesora de la firma de reclutamiento Korn Ferry, recomienda que los presidentes ejecutivos tomen al menos tres semanas antes de empezar a buscar empleo, en parte para redefinir su identidad fuera del trabajo.
Conseguir un nuevo empleo de presidente ejecutivo suele llevar entre 10 y 12 meses, señala Meneley. Sin embargo, los ex jefes no pueden mantenerse al margen por mucho tiempo para no perder el ritmo.
Saligram, que dirigió una nómina de 28.000 empleados en OfficeMax antes de su fusión con Office Depot Inc., pasa alrededor de seis a ocho horas al día en la búsqueda de empleo. Promocionarse a sí mismo no es fácil, pero ha hecho el esfuerzo por permanecer conectado y dice que está “bastante seguro” de su búsqueda. Al pedirle que describa cómo imagina su próximo empleador, piensa en una empresa de tamaño mediano en etapa de crecimiento, tal vez algo en el sector minorista, productos de consumo, o servicios o tecnología para empresas. Después de encargarse de una reestructuración en OfficeMax, “algo con un poco de viento de cola” sería bueno, observa.
“Tengo muy claro que esto no ha terminado para mí, que quiero dirigir otra empresa”, dice. “Se sabe que va a tomar tiempo. El lado racional le dice a uno todo eso, pero aún así no es fácil”.
Fuente: La Nación