Brasil comienza a decirle adiós a la recesión
12 de Diciembre de 2014 - Destacados
La economía de Brasil escapó de la recesión técnica en el tercer trimestre impulsada por el gasto público; pero la reducida tasa de crecimiento pone de manifiesto el desafío que enfrentará el recién designado equipo económico del país.
Un día después de que la presidenta Dilma Rousseff confirmara al ex secretario del Tesoro Joaquim Levy como nuevo ministro de Finanzas, la agencia de estadísticas del gobierno reveló que la economía se expandió 0,1% en los tres meses finalizados el 30 de septiembre y que se contrajo 0,2% comparado con el mismo trimestre del año pasado.
“La economía brasileña está mostrando fundamentals macroeconómicos sólidos y tiene todas las condiciones para crecer con mayor intensidad en el cuarto trimestre, lo que garantiza y amplifica los logros de la población brasileña, especialmente las clases trabajadora y de bajos recursos,” aseguró el ministro de finanzas.
La mayor cantidad de feriados nacionales vinculados al Mundial de Fútbol que tuvo lugar en Brasil, más la incertidumbre de los inversores antes de las elecciones presidenciales de octubre detuvieron el crecimiento de la economía este año.
Pero los economistas en principio atribuyen la desaceleración económica a las políticas de Rousseff, que obtuvo el segundo mandato en una de las elecciones más ajustadas en una generación con una plataforma que ofrecía a los votantes bajo desempleo, subas salariales y beneficios sociales.
Su gobierno aplicó un programa de estímulo del consumo interno caracterizado por exenciones impositivas para las industrias, crédito otorgado por la banca estatal y controles de precios a los combustibles y energía.
Los críticos sostienen que eso fue en detrimento de una mayor competitividad de la economía, mientras que el gobierno sostiene que es un plan de estímulo que evitó los efectos de la crisis internacional.
“El exitoso desempeño del mercado laboral en Brasil es el resultado de la estrategia que siguen las políticas económicas anticíclicas”, aseguró el ministro de Finanzas.
El crecimiento en el tercer trimestre se vio afectado por la caída de 1,9% en la producción agrícola provocada por una sequía que arruinó importantes cultivos de café y azúcar.
La política monetaria restrictiva para abordar la inflación también redujo el crédito a las familias, aseguró el ministro. Eso derivó en un menor consumo privado, que bajó 0,3%.
El gobierno evitó una contracción económica general en el tercer trimestre expandiendo 1,3% el gasto fiscal comparado con el período anterior.
El débil crecimiento respaldado por el gobierno crea un desafío para Levy, economista graduado en Chicago con reputación de ser duro con el presupuesto, cuando formalmente asuma el cargo en enero en reemplazo de Guido Mantega.
Levy prometió un superávit fiscal primario (superávit presupuestario antes del pago de intereses) de 1,2% en 2015. Eso significa que tendrá que revertir la situación actual, en la que según los economistas el presupuesto muestra un déficit fiscal primario.
El crecimiento tendrá que provenir de la inversión, pero ésta se mostró débil en el tercer trimestre a 17,4% del PBI, el nivel más bajo en ocho años.
Pese a los desafíos que Levy enfrenta, los economistas sostienen que su designación es positiva. “Seguimos opinando que estas designaciones son muy positivas y reflejan un sorprendente giro en la política económica, y creemos que los objetivos anunciados tienen una alta probabilidad de que se cumplan”, aseguró en un informe Tony Volpon, economista de Nomura. Según él, esto debería ayudar a recuperar la confianza de los inversores y empresarios, lo que conduciría a un eventual regreso al crecimiento económico sólido.
Fuente: El Cronista