Sharing economy, ideas que con poco hacen mucho
12 de Marzo de 2015 - Destacados
El ingeniero informático estadounidense, Travis Kalanick, tenía 33 años cuando, después de viajar por Asia y Europa con su amigo Garret Camp en 2009, idearon una aplicación para poner en contacto a usuarios y conductores de taxi, que diseñara una red de traslado más segura y eficiente.
Le dieron a esta plataforma el nombre de Uber, un sistema del que seguro has escuchado y que actualmente vale más de 18,000 millones de dólares, según datos que otorgó el propio Kalanick en una entrevista con el diario español ABC, además de contar con inversiones de Goldman Sachs, Google y Jeff Bezos, y tener presencia en 131 ciudades de 38 países.
Uber forma parte de una serie de plataformas que han desarrollado lo que se conoce como economía colaborativa, o sharing economy, una estrategia de negocios en la cual, a través del aprovechamiento de la tecnología, el emprendedor le ofrece al consumidor un uso más eficiente y “seguro” de los recursos.
“Son proyectos que con poco, pero si es una buena propuesta, a la hora de implementarlo, permite que se vaya haciendo de una forma granular u orgánica, en la que no se tiene que invertir grandes cantidades, y cuyo éxito radica en el cuidado de ofrecer confianza al momento de usar sus servicios”, dice María Fonseca Paredes, directora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
“Hay algunos modelos. Son más de los que podríamos pensar, y tiene que ver con la difusión de la tecnología y que va implícito el poder llegar a más y utilizar mejor los recursos de una manera colaborativa”, señala Fonseca Paredes.
Cómo emprender un negocio colaborativo
La directora e investigadora del Tec de Monterrey señala tres factores que intervienen para el desarrollo de un proyecto basado en la economía colaborativa.
1.- Contar con un modelo de negocio basado en la masificación.
No vas a nichos, sino a un mercado pulverizado, en el que se requiere de la colaboración, ya sea porque vas a generar los recursos necesarios para llevar a cabo tu propuesta de valor, o porque vas a apelar al sentimiento o a la emocionalidad para que contribuyan con una causa.
2.- Tecnología. Tienes que identificar cuál es tú mercado meta. De entrada debes definir entre aquel que tiene redes sociales o el que está orientado a otro rango de edades, pero que están conectados de alguna forma.
“Hay que identificar cuál es el mercado al que estás dirigido y cuál es el medio que vas a utilizar. Si no es un medio digital, te costará un poco más de trabajo, pero no es imposible”, dice la académica.
3.- Implementación. Debes estar dispuesto a modificar la propuesta que habías creído necesitaba tu mercado y a lo que realmente está respondiendo. El éxito del negocio será en la medida con la que el emprendedor escuche a su consumidor y tenga la posibilidad de modificar.
Fonseca Paredes señala que, aunque la mayoría de los mexicanos carece de acceso a Internet, el número de personas conectadas tiene la influencia suficiente para que un modelo de negocio colaborativo pueda funcionar. Según datos de la Asociación Mexicana de Internet, el 43% de la población está conectada en línea.
El problema, señala, está en la cultura social para que exista confianza para colaborar entre las personas:
“México es una sociedad muy individualista, y hay otros países como la India, donde hay grados distintos de colaboración en la sociedad. Hay más disposición en la medida en que en una sociedad hay confianza para colaborar”, concluye.
Fuente: Altonivel