La engañosa “bancarización” de la población latinoamericana
16 de Junio de 2015 - Destacados
Durante los últimos años, la inclusión financiera ha sido como el santo grial. Por lo tanto, desde esa perspectiva, lo que viene ocurriendo en América latina y en El Caribe en los últimos tiempos debería ser realmente positivo para el porvenir económico de la región.
Desde 2011, las cifras del Banco Mundial sugieren que más de 60 millones de personas, más del 12% de los adultos en Latinoamérica y El Caribe, tienen cuentas bancarias y cuentas de dinero móvil. En 2014, 236,9 millones de adultos tenían esas cuentas, comparado con los 169,5 millones en 2011, según en la base de datos sobre la inclusión financiera en el mundo (Global Findex) del Banco Mundial.
El crecimiento de los servicios móviles fue especialmente impresionante. El año pasado, Latinoamérica y El Caribe se expandieron más que África. El número de cuentas de dinero móvil registradas se incrementó 50% interanual a 14,9 millones, según un informe de mayo publicado por GSMA, una asociación líder de operadores móviles.
El problema es que son muy pocas las personas recién bancarizadas que están usando sus cuentas para mucho más que retirar efectivo.
Los gobiernos de países como Argentina, Brasil y Venezuela le han dado significativo impulso a la expansión depositando electrónicamente los pagos de beneficios sociales. No es casualidad que el mayor crecimiento de la “bancarización” no provenga de países como México y Perú, que son más amigos del mercado, sino de Argentina y Venezuela, donde el sistema bancario es en gran medida estatal. Gran parte de la expansión en América Central y El Caribe llegó de la mano del aún limitado sector del dinero móvil.
Son relativamente pocos los nuevos titulares de cuentas bancarias que están dispuestos a solicitar un préstamo, ahorrar dinero o comprar una póliza de seguro con sus cuentas, acciones que definitivamente les brinda una participación en el futuro de sus sociedades y, por lo tanto, promuevan la inclusión social.
Recientes investigaciones de Latam Confidential, un servicio de FT, recalca el dilema. En una encuesta a 6.500 consumidores de seis países realizada en febrero y marzo de este año, 77,9% de los consultados aseguró tener una cuenta bancaria en el primer trimestre de 2015, comparado con el 76,3% del mismo período de 2014.
Pero menos gente estaba usando sus cuentas para ahorrar dinero y, si bien hay un alza marginal en el uso de las cajas de ahorro en Brasil donde las tasas de interés están subiendo y en México y Perú, muchos todavía prefieren guardar sus billetes en alacena y debajo del colchón, lo que sugiere que la confianza en el sistema financiero sigue siendo baja.
La encuesta de Latam Confidential muestra que los argentinos son más propensos a ahorrar en efectivo, si bien lo hicieron en menor medida comparado con los datos del primer trimestre de 2014. Impresiona que el 23% de los 1.000 colombianos que participaron del estudio aseguró que guarda dinero en efectivo, comparado con el 17,3% del primer trimestre de 2014.
Quizás no sorprenda ese dato teniendo en cuenta la desaceleración de la economía del año pasado y las mayores presiones sobre los presupuestos familiares. Los latinoamericanos parecen estar usando menos sus tarjetas de crédito. En toda la región, el 41,9% de los consultados para la encuesta de Latam Confidential aseguró que no operaba con plásticos, comparado con el 41% del primer trimestre de 2014. La caída en el uso de las tarjetas fue más pronunciada en Argentina, Brasil y Chile.
Fuente: El Cronista