Assange: “Google y Facebook están en el negocio de ser una agencia de espionaje”
8 de Julio de 2015 - Destacados
En estos últimos días, WikiLeaks –el mayor sistema de filtración de información de interés público de alcance global– y Google –el gigante de la industria tecnológica e internáutica– volvieron a hacer noticia de alto impacto por causas muy distintas. Mientras el primero, dio a conocer un nuevo dossier sobre el espionaje económico de Estados Unidos a Francia, todo en medio de la nueva ola de ataques terroristas, el segundo comunicó al mundo los avances de su trabajo más ambicioso, el proyecto Descartes, o el punto de partida de la Inteligencia Artificial, basado en los billones de datos que maneja.
Desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado, Julian Assange, cerebro de WikiLeaks, la entidad que destapó un escándalo mundial al revelar información sobre el espionaje cibernético que realiza Estados Unidos alrededor del globo, aceptó conversar con El Mostrador acerca de los peligros de concentrar gran parte de la información mundial en megacorporaciones tecnológicas, la corrupción y el rol de los medios de comunicación independientes en la llamada era de la “politización de internet”.
“Google y Facebook están en el negocio de ser como una agencia de espionaje. Es su modelo de negocios: recolectar toda la información que puedan de la mayor cantidad de gente en todo el mundo, como sea posible, usando servicios libres. Toman esa información de las personas, igual que como se pesca un pez, y la colocan en enormes bases de datos donde ordenan esa información”, denuncia Assange como introducción a la tesis que desarrolla en su último libro Cuando Google encontró a WikiLeaks, recientemente publicado en Chile por Editorial Catalonia.
“Hacen dossiers de cada persona en relación a sus intereses para hacerla más predecible y vender esos perfiles a los anunciantes. Ese es el negocio”, sostiene.
Este libro es la respuesta de Assange al texto The New Digital Age (Vintage, 2013), escrito por el ex presidente ejecutivo de Google –hasta 2011–, Eric Schmidt, junto a Jared Cohen, hoy director de Google Ideas, la unidad –según Assange– encargada de lobby de la empresa con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Allí, Assange describe cómo grandes empresas como Google colaboran con el espionaje estadounidense para vigilar a personas de todo el mundo, al estilo del “Gran Hermano” del que escribía el autor inglés George Orwell.
Los metadatos
La demoledora crítica a la megacorporación norteamericana se funda en que Google, cuya página de inicio tiene 6 mil millones de visitas diarias, posee “una capacidad de condicionamiento del usuario que no tiene ni ha tenido jamás ninguna empresa actual o del pasado”, sostiene en su libro.
En conversación telefónica, Assange explica a El Mostrador que la relación de las empresas globales, que registran información en todo el mundo, con las agencias de inteligencia, radica principalmente en su estructura y en la ubicación del negocio.
“Están físicamente dentro de Estados Unidos, por lo cual están bajo su jurisdicción judicial, con leyes coercitivas usadas en su contra para obligarlas a entregar la información que están recogiendo”, señala.
Como ejemplo de esta intervención en las comunicaciones, Julian Assange cita los documentos del informe Warrant (wikileaks.org/google-warrant) publicados por WikiLeaks en enero de este año, donde se revela que la editora Sarah Harrison, el editor Joseph Farrell y el periodista y portavoz Kristinn Hrafnsson recibieron el aviso de que Google había entregado todos sus correos electrónicos y metadatos al gobierno de los Estados Unidos.
América Latina
Esta situación para el editor en jefe de WikiLeaks no es exclusiva de sus periodistas, sino de todas las personas que utilizan estas megacorporaciones para comunicarse. “Un 98% de las comunicaciones de América Latina son interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al pasar a través de Estados Unidos al resto del mundo”, sostiene enfático.
Para Assange, desafortunadamente eso sucede sin importar que a algunas personas no les guste que esa información sea entregada al gobierno estadounidense. Por desgracia, ni Google ni Facebook “están financieramente motivados para dejar de recolectar la información mundial”.
Fuente: El Mostrador