Dinamarca está a punto de abandonar el efectivo
5 de Julio de 2016 - Destacados
¿Cómo sería vivir en un país en el que no haría falta debatir si los billetes en circulación tienen que llevar próceres o animales en peligro de extinción, o si la ballena de un nuevo billete está mal dibujada, simplemente porque dejó de haber dinero en efectivo? Probablemente se perderían algunos temas trascendentales de conversación, pero también se facilitaría mucho el día a día, desde la necesidad de disponer de cambio para algunas compras menores, hasta tener que usar billetes tan gastados que casi se desintegran en las manos, o incluso evitar el contagio de enfermedades por el sólo hecho de tocarlos.
Sorprendentemente, ese país va camino de existir y se llama Dinamarca, ubicado en el norte de Europa. De hecho, el uso de dinero en efectivo se está reduciendo a pasos acelerados, a medida que los particulares eligen otras alternativas electrónicas de pago o de transferencia, que les evita tener que andar con billetes en sus bolsillos o carteras.
Ya hasta parece anticuado para un danés entregarle plata a otra persona de manera física, es decir con billetes y monedas. El uso de transferencias se ha hecho tan popular que es común que cualquier operación entre particulares se haga de esta manera, trátese de la devolución de un préstamo, el pago de un delivery o cualquier otra transacción menor que a uno se le ocurra.
El éxito de que cada vez menos gente use el papel moneda se debe al sistema de pago instantáneo, que permite que se liquiden las transferencias monetarias en no más de 10 segundos y que el gobierno danés decidió implementar en noviembre de 2014. Cuando todavía se requieren unas 48 horas en casi todo el mundo para realizar una transferencia, en Dinamarca esta medida permitió que los particulares se volcaran masivamente al uso del dinero electrónico, lo que constituye una verdadera revolución.
“Si usted le entrega dinero en efectivo a una persona, lo tiene inmediatamente a su disposición. Nosotros quisimos que también fuera el caso para los pagos sin papel”, explicó Michael Busk-Jepsen, director de Finansreadet, la Asociación de Bancos de Dinamarca, la cual con sus colegas del Reino Unido y Suecia son los precursores de un sistema que está cambiando las finanzas personales en profundidad. “A fines de 2015, el 20% de las transacciones eran realizadas con dinero en efectivo, contra alrededor de un 25% en 2014 y un 50% en 2000″, sostiene un informe del Banco de Dinamarca.
Este sistema de clearing bancario express fue implementado hace ya casi dos años gracias a una inversión conjunta de la Finansreadet y el gobierno danés. El éxito ha sido tan grande que las dos empresas que operan este servicio (Mobile Pay y Swipp) reúnen un total de 4 millones de usuarios, cuando la población del país llega a los 5,6 millones (es decir que un 71% de los daneses prefiere las transacciones electrónicas). “Este sistema es muy usado, por ejemplo, para pagar la cuenta del restaurante entre varios, para hacer un regalo común de cumpleaños, pero también puede ser utilizado para comprar un automóvil, puesto que el monto máximo de compra fue fijado en 500.000 coronas [u$s 74.700, N.del R.]“, indicó Busk-Jepsen.
Sin embargo, lo interesante del caso es que la gran mayoría de las transacciones corresponden a montos mucho más pequeños. De acuerdo con datos del Banco de Dinamarca, más del 80% de estas operaciones son inferiores a 1000 coronas (u$s 150), lo que da la pauta de lo masivo que se ha convertido el sistema. Pero la prueba de que todavía tiene bastante camino por recorrer lo muestra el hecho de que los daneses usan el sistema unas 110 veces por año en promedio, es decir una vez cada tres días.
Si uno se pone a pensar en cómo ha evolucionado el dinero en la historia de la humanidad, la llegada del papel moneda (creado en China en el siglo VII e introducido en Europa por Marco Polo en el siglo XIII) fue una verdadera revolución en su tiempo.
Porque por un lado permitió prescindir de las bolsas de monedas que se usaban desde la Antigüedad, mucho más pesadas y que limitaban el transporte de grandes sumas. A partir de su introducción, el billete físico pasó a representar el valor monetario que se deseara, lo que estaba impedido para las monedas, cuyo valor debía corresponder (no siempre se cumplió esta regla) a la cantidad de metal precioso que contenía.
Pero principalmente, la emisión de papel moneda sirvió para ampliar la base monetaria de una manera como nunca antes se había visto, a partir de que los distintos bancos centrales (a cargo de la creación del dinero oficial de cada país) decidieron dejar de respaldar el dinero circulante con las reservas en oro y plata. Si bien esto fue un gran impulso para la economía mundial, también trajo su contrapartida en una mayor inflación en los países donde se emitió demasiado.
Hoy, la masificación de las transacciones electrónicas parecería empezar a cerrar la historia circular del papel moneda. “Podemos convertirnos en el primer país sin dinero en efectivo, pero para lograrlo deberíamos adaptar la legislación y permitir a los comerciantes negarse a recibir pagos con billetes”, manifestó el ejecutivo de la Finansreadet. La idea es que de noche, por una cuestión de seguridad, sólo estén permitidos los pagos electrónicos. Sin embargo, todavía falta resolver problemas más complejos, tales como qué hacer con las personas mayores que siempre estuvieron acostumbradas a usar efectivo, o los menores de 13 años, quienes no están autorizados a poseer una tarjeta bancaria. Así que por un tiempo todavía, el debate sobre qué dibujo merece estar en cada billete va a seguir apasionando a todos.
Fuente: El Cronista