¿Qué frena la competitividad en América Latina?

4 de Octubre de 2016 - Destacados

En los últimos años la demanda de alimentos impulsada por China fue un salvavidas para Latinoamérica. Muchas de las economías de esta región, tienen en las exportaciones de materias primas, su principal fuerte y detrás aparecen las manufacturas de origen industrial.

Pese a que esto fue un incentivo, por ejemplo en el caso de la Argentina con los precios record de la soja que alcanzó después de 2008, en algunos casos afectó a sus tipos de cambios con apreciaciones que afectaron la competitividad del sector manufacturero.

“La región tiene que lograr menor dependencia del ciclo productivo de las materias primas. En los últimos años no pudo diversificar su matriz de producción. Mejorar la competitividad tiene que ver con la mejora en la productividad”, sostuvo, en diálogo con Cronista.com, el economista Martín Polo de la consulta Analytica

“La gran deuda de la región es la industrialización. En los últimos años en mayor o menor medida hubo un proceso de desindustrialización y las economías se volcaron a la venta de productos primarios”, indicó el economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina.

“En general, los países fallaron en aprovechar el pasado auge de las materias primas para aplicar las reformas que necesitaban. Quedan serios desafíos, pero los ingresos gubernamentales se han reducido”, destaca COFACE en un análisis sobre la región.

En este sentido alertan que las principales dificultades para la región a corto plazo serán las siguientes:

-Es improbable que la competitividad de precios mejore significativamente, debido a recientes apreciaciones de los tipos de cambio y a una resistencia de los costos laborales a disminuir

-No se espera que la economía global reporte un crecimiento vigoroso en el corto plazo

-Superar los cuellos de botella en infraestructura será complicado, a la luz de los escándalos de corrupción y la ausencia de un marco regulatorio bien definido;

-El creciente proteccionismo a nivel mundial y el desarrollo de acuerdos comerciales con zonas económicamente importantes parece ser poco probable.

“Brasil y Argentina deben definir qué tipo de comercio quieren. Todos apuestan por el Mercosur pero ninguno termina de definir y ponen trabas para defender algún sector de su economía interna”, explicó Polo. En este sentido agregó que “los países del Mercosur no tienen una orientación macroeconómica, cada uno está en su isla. Por ejemplo en Venezuela tienen un tipo de cambio desfasado, en Brasil o Uruguay el tipo de cambio es flotante y en Argentina últimamente se ven correcciones que antes no se daban”.

“La región viene de una época de mucha bonanza que duró hasta el 2012 y en donde las mejoras sociales que se vieron e muchos países, sobre todo de Sudamérica, tuvieron que ver con los precios récord de las materias primas”, opinó Sigaut Gravina y agregó que “por ejemplo el desafío de Venezuela es que pueda sostener su gasto social con menores recursos del petróleo o en el caso de Chile y Perú con la baja del precio de los minerales. En el caso de la soja sucede algo similar en Argentina y Brasil”.

Para COFACE los costos laborales son uno de los factores de afectan a la que le región mejore su competitividad. “Los salarios reales también juegan un papel importante para determinar la competitividad de los productos, ya que normalmente la mano de obra pesa mucho en las estructuras de costos de las empresas. En Argentina y Brasil, los salarios mínimos en estos dos países han aumentado sistemáticamente a una tasa mayor que la productividad”, sostienen.

Otro punto débil es la infraestructura, debido a que sigue demostrando problemas pese al periodo de bonanza de las materias primas. Desde la consultora afirman que no se muestran mejoras en la calidad. “Este aspecto es uno de los factores que puede detener el repunte de las exportaciones. La compleja burocracia para la exportación también obstaculiza las actividades manufactureras de la región”.

Por último los acuerdos comerciales es otro factor clave a mejorar. “Durante la década pasada, el Mercosur tuvo solo dos acuerdos comerciales exitosos con países de menor importancia en función de volúmenes comerciales”. Incluso hoy los distintos países miembros de la región siguen teniendo como prioridad en sus agendas mejorar el vínculo comercial en el bloque.

“El fin de la bonanza de los precios de los comodities afectó a los gobiernos que implementaron políticas sociales más agresivas. Algunos países, ante esta realidad, comenzaron a justar más el déficit con políticas contractivas”, indicó el economista de Ecolatina.

“En la región hay múltiples visiones sobre como posicionarse frente al cuadro económico mundial”, finalizó Polo.

Fuente: Pregón

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