HP busca su futuro en la impresión 3D
9 de Noviembre de 2016 - Destacados
Según el informe “Fabricación Digital 2015″, elaborado por la Online Business School, el negocio generado por las industrias relacionadas con la impresión 3D se tasó ya en 188,15 millones de euros en 2015, una cifra que podría aumentar hasta en un 26% para el cierre de este mismo año 2016. Una cifra considerable si tenemos en cuenta que en 2013 sólo creció un 10%, aunque la estimación es que alcance un 30% de crecimiento anual hasta, al menos, el año 2020.
La impresión 3D forma parte del día a día de la industria tal y como la conocemos. Expertos en el campo de la impresión 3D ya explican qué podría llegar a conseguirse con esta tecnología, pero ni tan siquiera es necesario mirar demasiado hasta el futuro. Hoy ya se logran muchos avances gracias a ella y se trabaja para que alcance un grado de madurez aún mayor.
Pese a que por ahora se mantiene algo más alejada de los usuarios que su hermana, la impresión de tinta, la impresión 3D ya forma parte de nuestro presente relacionada con muchos campos. Desde la construcción a gran escala hasta la fabricación de pequeñas piezas. La robótica también empieza a apoyarse en ella para elaborar dispositivos de forma más rápida y menos costosa. Incluso la salud, uno de los campos más prometedores, ya conoce las ventajas de una tecnología que lleva ya tiempo en desarrollo pero que empieza a descubrir su propio potencial.
La multinacional norteamericana HP ha lanzado tanto una nueva línea de impresoras 3D como una solución online para conquistar un mercado que hasta ahora le era desconocido, y lo hace apuntando hacia las propias líneas de producción, varios pasos antes de llegar al usuario final. No llegan los primeros pero buscan colocarse como un intermediario necesario para el propio futuro de la industria.
La fotografía actual de la impresión 3D
El mercado de la impresión 3D ya cuenta con jugadores bastante bien posicionados aunque su posición se acerca más al usuario que al propio fabricante. No obstante, compañías como Stratasys, actual líder del sector y que recientemente firmó un acuerdo con Airbus para el uso de su tecnología, Ultem 3D, en la construcción del A350 XWB, el avión de suministro del fabricante aeronáutico.
Cuando HP se presenta en el mercado para competir contra Stratasys lo hace contra una compañía con más de 2.800 empleados y que cuenta con más de 600 patentes en el sector. Un hueso duro de roer afincado en Minnesota e Israel y cuya tecnología permite, por ejemplo, imprimir piezas directamente desde archivos 3D CAD. Stratasys, cuya especialidad es el prototipado, lleva en el mercado desde 1989, y a lo largo de su existencia ha absorbido a compañías como MakerBot, Solid Concepts y Harvest Technologies.
Tanto Stratasys como 3D Systems lideran el mercado y comienzan a diversificarse
El otro gran rival de HP en su incorporación a la lucha por la dominación de la impresión 3D es 3D Systems. También con sede en norteamérica, concretamente en Delaware, 3D Systems dispone de subsidiarias prácticamente en todos los continentes, gozando de una segunda posición en el sector más que merecida.
De igual forma que Stratasys comienza a introducirse en el mundo de la aviación, más concretamente en el de sus constructores, 3D Systems lo hace en el de la medicina. Su último logro en el sector fue la construcción de una réplica de la espina dorsal en una operación practicada al campeón nacional de hockey sobre trineo Mark Weimer. Con este proceso, 3D Systems se colocó en la vanguardia del uso de la tecnología de impresión 3D en el sector médico.
Tanto Stratasys como 3D Systems van encontrando nuevos campos a los que expandirse e irse situando con fuerza de cara al futuro de la tecnología de impresión 3D. Éste es el gran mercado de grandes jugadores al que se enfrenta HP con su tecnología. La pregunta es, ¿cómo de grande puede llegar a ser el mercado de la impresión 3D para que multinacionales de este calibre compitan entre sí por su liderato?
HP, ¿por qué ahora?
Todo lo que hemos conocido del sensor de la impresión 3D es sólo una pequeña parte de lo que está por venir. En estos momentos ya hablamos de un mercado mundial que mueve cifras anuales que rondan los 5.000 millones de dólares pero que espera multiplicar por cuatro en tan sólo cuatro años. Si se cumplen las previsiones de crecimiento, la impresión 3D debería situarse en los 20.000 millones de dólares anuales para 2020 con un impacto sobre la economía que rondaría los 550.000 millones de dólares sólo cinco años más tarde. Para cuando llegue ese momento será muy importante estar bien situado para controlar la mayor parte del pastel.
Conociendo el rédito futuro que puede aportar este mercado del 3D, y sabiendo que ya hay jugadores muy bien situados cerca del usuario, como los anteriormente mencionados Stratasys o 3D Systems, se entiende aún más el movimiento de HP. Invertir en robar un pedazo de tarta a su competencia más directa o jugar sus cartas para introducirse directamente en el horno que cuece la industria y controlar cualquier producto que cruce su puerta hacia el exterior.
En la actualidad, el 40% del total de beneficios del sector de la impresión 3D se reparte entre el prototipado de piezas y diseños, y entre la producción de las distintas piezas terminadas. El otro 60% de los beneficios se generan a causa de las inversiones en innovación de la propia industria, justo el punto en el que HP quiere introducirse con Jet Fusion 3D y Open Platform.
Vista la apuesta de HP, ¿qué queda de la impresión 3D para el hogar? ¿Llegaremos a ver máquinas de impresión 3D en cada hogar de igual forma que seguimos viendo las de tinta o láser?
Parece bastante patente que la relación entre la impresión en tinta y la impresión 3D está más presente en el nombre que en la propia funcionalidad, de ahí que el mercado futuro vaya a ser más especializado y que sí se creen centros de impresión 3D, similares a las actuales imprentas, para que cada usuario pueda llevar su diseño en un formato específico y allí lo hagan realidad con los materiales elegidos.
Así pues, la posibilidad de que lleguemos a tener impresoras 3D en el hogar parece reducida al tratarse de un producto tremendamente específico y que se antoja no será barato a corto plazo. Las necesidades de impresión 3D que puedan tenerse en el futuro a nivel individual podrán satisfacerse desde estos estudios o centros de impresión en los que HP quiere tener presencia a medio plazo.
La cuarta revolución industrial
HP ha presentado sus cartas para jugar la partida de la impresión 3D y no lo ha hecho en solitario. Multinacionales como Nike, BMW o Siemens forma ya parte de la cartera de partners de HP en la construcción de su primera Jet Fusion 3D, su principal apuesta en una tecnología que, para muchos, supondrá un gran empujón para que se complete la cuarta revolución industrial.
La impresión 3D ayudará a que al fin se haga realidad el late motiv del “hágalo usted mismo”, y podrá llegar a cambiar la forma en que lo fabricamos todo, la forma en que se trabaja en muchos niveles de la actual industria. Situarse con fuerza en estos momentos puede ser clave para lo que acontezca el futuro, y es por ello que la gran batalla de la impresión 3D empieza a librarse ahora. Y cualquier competencia que surja para forzar a la evolución del resto será bienvenida.
HP ya ha colocado su propuesta, una apuesta de dos factores para convertirse en el mayor proveedor de sistemas de impresión 3D del mercado. El hardware y los materiales (propios o ajenos y certificados). Una vez se abre un nuevo camino son muchos los que aprovechan para recorrerlo, quizá este gran salto adelante de HP haga que el sector de la impresión 3D dé un salto de gigante. Por ello el paso de HP es tan interesante como peligroso. Frenar o capitalizar el crecimiento de esta industria no sería beneficioso para muchas de las partes, quizá tampoco para la propia HP.
Fuente: Xataka