Giro en la globalización: del liderazgo de EEUU a la multipolaridad
13 de Febrero de 2017 - Destacados
Asia, liderado por China, y la Unión Europea se pondrán a la par de EEUU en el balance de fuerzas a nivel global, de acuerdo a al escenario más probable contemplado por Credit Suisse frente a los cambios que se experimentan en la actualidad.
El concepto “uni-multipolar”, de Samuel Huntington, fallecido politólogo de la Universidad de Harvard, fue uno de los enfoques que gozó de más adeptos de cara al siglo XXI. En él se posicionaba a EEUU en el primer nivel de la escena global, donde sin gozar de una hegemonía absoluta superaba a otras fuerzas económicas, políticas y militares, como Alemania, Francia, Rusia, China, Brasil, India, Irán, entre otras. Pero esta fotografía se estaría desdibujando acorde a los últimos acontecimientos, mientras se esboza una nueva “multipolaridad”. El líder de la globalización hoy está bajo la presidencia de un proteccionista, mientras que su aliado más importante en el viejo continente, el Reino Unido, optó por abandonar la Unión Europea.
¿Llego el fin de una era? No tan categóricamente, de acuerdo al informe “Superando la globalización”. Presentado en Davos este año, el trabajo elaborado por Richard Kersley, jefe de Temática Global y ESG Research de Credit Suisse Investment Banking, y Michael O’Sullivan, director de Inversiones en la División de Gestión de Patrimonio Internacional de Credit Suisse (ver entrevista), apuesta por una reconfiguración de la globalización, donde particularmente Europa, comandada por la UE, y Asia, con China a la cabeza, equiparan sus fuerzas con las de EEUU.
Estos tres pilares globales estarían ajustando su influencia en diferentes ámbitos: (1) el económico, dado por el tamaño del PIB, el PIB per cápita, entre otros indicadores; (2) el poder “duro”, medido por la fuerza militar y el presupuesto y gasto en defensa; (3) el poder “blando”, dado por la sensibilidad climática, la facilidad para hacer negocios, gasto per cápita en salud, desarrollo de capacidades y puntuaciones en desarrollo humano y adelanto tecnológico; y (4) la calidad de la gobernabilidad, capturados por los 6 subcomponentes de los indicadores mundiales de gobernanza del Banco Mundial (responsabilidad y estabilidad política, ausencia de violencia, eficacia gubernamental, la calidad de la reglamentación, el cumplimiento de la ley y el control de la corrupción).
Lo más probable
Bajo este análisis, que los autores reconocen como “occidental” y que tanto no favorece a China, el informe establece que “actores poderosos como EEUU, UK y Japón siguen dominando, con puntuaciones relativamente más altas en la mayoría de los indicadores”. Sin embargo, Japón esta perdiendo cada vez más empuje, dado que el país “sigue siendo desafiado por un masivo y duro esfuerzo de reequilibrio económico”, mientras que UK enfrenta sus propios problemas con el Brexit y EEUU sigue en la incertidumbre del efecto Trump.
Por otra parte, el reporte destaca el desempeño de algunos pequeños países desarrollados, entre los que mencionan a Chile, junto a Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, que aún no alcanzan su pleno potencial como para transformarse en un polo.
Así, China y Europa tendrían la capacidad de alcanzar a EEUU para configurar un escenario multipolar, al que le otorgan 57% de probabilidades de que se concrete.
De ser así, se espera “ver el desarrollo de nuevas instituciones mundiales o regionales que superen a las del Banco Mundial y el surgimiento de la ‘democracia administrada’”. Asimismo, la dominación del dólar se acabaría, en favor del surgimiento de nuevas monedas de anclaje.
Por otra parte, el crecimiento se desaceleraría, los consumidores de los mercados emergentes se fortalecerían y en el área corporativa se ganarían protagonismo las compañías regionales, en contraste con las multinacionales. El texto además sostiene que en el mundo multipolar “los estándares de vida se volverán más uniformes y las economías locales se harán más ricas en términos agregados”.
Otras opciones
Entre los otros dos escenarios de globalización posible contemplados por el paper de Credit Suisse está el que las cosas se mantengan tal y como están, lo que tendría 33% de posibilidades de ocurrir, y “el fin de la globalización”, el menos probable (10%) y el menos deseado.
Que el mundo siga alguna de esas rutas tendría consecuencias absolutamente opuestas. Por ejemplo, con la globalización intacta las multinacionales se fortalecerían, mientras que al otro extremo aumentaría el sentimiento en contra de este tipo de corporaciones, siendo los “campeones nacionales” los que dominan la escena.
En el mercado también se observan pronósticos contrarios. La continuación de las tendencias de las últimas décadas llevarían a bajos costos de capital, mientras que el fin de la globalización los aumentaría, dada la fragmentación de los mercados financieros globales. Cabe destacar que en el primer escenario, se pronostican shocks mundiales más frecuentes.
Pero la economía no es lo único en juego. En términos de gobernanza global, la continuidad conduciría a la colaboración, la dominación de instituciones supranacionales y el protagonismo de EEUU. Al contrario, un cambio radical abriría más conflictos, con posibilidades de enfrentamientos militares.
Además, mientras que de la mano de la globalización el sistema democrático se propaga, podría ir en la dirección opuesta si definitivamente llega su “fin”, marco en el cual “el poder se consolidaría entre unos pocos países claves”.
Fuente: Pulso