A. Latina va por su segundo año de crecimiento después de dos años de recesión
13 de Diciembre de 2017 - Destacados
América Latina se encamina en el 2018 a su segundo año de recuperación, con crecimiento en aceleración e inflación convergiendo a su objetivo. Los motores del crecimiento son las exportaciones netas acompañadas de una incipiente mejoría en la inversión. Estos son las principales conclusiones del informe de Moody’s Analytics, elaborado por Alfredo Coutiño, Juán Fuentes, Jesse Rogers y Colin Seitz.
“Los mejores precios de las materias primas, aunados a la competitividad cambiaria y a la reducción de los excesos de demanda, han permitido una mejoría de las exportaciones y una moderación de las importaciones”, afirman los autores. Las reformas en marcha y las que están por venir continuarán mejorando la acumulación de capital en la región, lo cual aumentará la capacidad productiva latinoamericana.
Motores del crecimiento. En el 2018, la recuperación de la región se fortalecerá por segundo año consecutivo, después de un crecimiento de 1,2% en el 2017. Con ello, América Latina deja atrás dos años de recesión (2015 y 2016). Sin embargo, la recuperacion será limitada y aún por abajo del crecimiento potencial de 3,5% visto en la década anterior. La mejoría en los términos de intercambio es el motor impulsor de la recuperación, con precios más favorable para las exportaciones latinoamericanas. “La depreciación de las monedas latinoamericanas––producidas por la turbulencia financiera global y la normalización monetaria estadounidense––han generado una ganancia en competitividad cambiaria para la región, lo cual ha estimulado las exportaciones manufactureras y primarias. El fortalecimiento de la economía global, aunque gradual, ha generado una mayor demanda por productos latinomericanos”, enfatizan los expertos.
Las importaciones, por su parte, han avanzado a un ritmo más moderado, como resultado de una combinación de efectos precio y cantidad. En cuanto a precios, las depreciaciones cambiarias han hecho más caras las importaciones para los consumidores y productores latinoamericanos. Además, el poder de compra se ha mantenido limitado ante el lento avance del empleo y en algunos casos inflaciones aún por encima de sus objetivos. En cuanto al efecto cantidad, los ajustes de política económica puestos en marcha en la región para reducir los desequilibrios (fiscal, externo, e inflación) han disminuido los prolongados excesos de demanda que se generaron en la época de exceso de liquidez global. Todo esto en conjunto ha derivado en una mejoría de las exportaciones netas, generando un efecto positivo sobre el PIB latinoamericano.
Otro factor a destacar es que, la acumulación de capital ha empezado a mejorar en la región, aunque a un ritmo lento. De hecho, la caída en el coeficiente inversión-producto en los últimos dos años fue un factor importante detrás de la recesión latinomericana de 2015 y 2016. Así, después de caer hasta 18,7% como proporción del PIB en 2016, la inversión fija comenzó a recuperarse hacia una tasa de poco más de 19% en 2017 y se estima que alcance 20% en el 2018. Los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, nuevamente empiezan a ver una Latinoamerica más atractiva. Esto como resultado de las reformas puestas en marcha en varios países y la consecuente apertura de sectores tradicionalmente reservados para el Estado, como son el petróleo, electricidad, y la minería. Los países que lideran la agenda de reformas son, México, Colombia, Perú, Argentina, Brasil y Chile.
Más recientemente, con la reducción inflacionaria y la incipiente mejoría en la generación de empleos, el consumo ha empezado a mostrar signos de recuperación. Sin embargo, el consumo público aún permanece restringido, particularmente en países que incurrieron en acelerados desequilibrios fiscales, como en los casos de Brasil, Chile y México. No obstante, el renovado flujo de remesas familiares del exterior, principalmente hacia América Central y México, ha dado un importante alivio al consumo de las familias de más bajos ingresos, las cuales tienen una propensión a consumir más alta. Definitivamente, la región se ha beneficiado del avance de la economía estadounidense, el principal mercado generador de remesas familiares para América Latina.
Fuente: America Economía