Bancos centrales, en el ‘ojo de la tormenta’ política
14 de Diciembre de 2018 - Destacados
La tribu tecnocrática de banqueros centrales enfrenta un intenso escrutinio político que no se ha visto en décadas.
El presidente Donald Trump intensificó su guerra de palabras contra la Reserva Federal estadounidense, acusándola de haberse “enloquecido” al elevar las tasas de interés y expresando su arrepentimiento público por haber elegido a Jerome Powell como su presidente.
El Banco de la Reserva de India (RBI, por sus siglas en inglés) ha estado bajo intensas presiones para facilitar las condiciones de los préstamos, mientras que Hungría se ha enfrentado a la UE a causa de las medidas que afectan la independencia de su banco central. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha debilitado la fe del mercado en su país al presionar a su banco central para que mantenga las tasas bajas.
Incluso la fraternidad normal de banqueros centrales se está fracturando, conforme Mervyn King, exgobernador del Banco de Inglaterra, ha acusado a su sucesor, Mark Carney, de satisfacer “innecesariamente” los deseos del gobierno británico sobre el Brexit.
Es probable que a los banqueros centrales no les entusiasmen esos retos después de una década en la que su influencia creció debido al papel crucial de la política monetaria para responder a la crisis financiera. Pero, aunque están en el ojo de la tormenta política en países como EU y el Reino Unido, el peligro económico es mayor en los mercados emergentes donde las instituciones a menudo son más débiles y de las cuales es más probable que escape el dinero.
Está en riesgo la tendencia, que se aceleró en la década de 1990, de darles a los bancos centrales la independencia para asumir la política monetaria.
La mayoría de las investigaciones sugieren que los bancos han tenido éxito en establecer tasas de interés para suavizar el ciclo económico. Al hacerlo, han limitado la volatilidad de la inflación sin perjudicar el desempeño económico, aunque fracasaron en evitar la crisis financiera.
Pero después de la crisis, el uso de una amplia gama de instrumentos y nuevos poderes en áreas como la estabilidad financiera por parte de los bancos centrales occidentales ha provocado que los políticos se den cuenta de cuán poderosos se han vuelto los organismos tecnocráticos.
Según Cristina Bodea, profesora asociada de la Universidad Estatal de Michigan, quien ha estudiado el tema, en los últimos años ha habido una serie de enfrentamientos que pueden tener graves consecuencias. Dijo que “los grandes desacuerdos entre los bancos centrales y los gobiernos. . . plantean dudas sobre las perspectivas futuras de los países”, lo cual podría reflejarse en sus calificaciones crediticias y en el costo posterior de los préstamos.
Frederic Mishkin, exgobernador de la Reserva Federal, quien ahora es profesor de la Universidad de Columbia, insistió en que la tendencia general en las economías avanzadas y emergentes sigue siendo una mayor independencia, no menor. Añadió que era notable que en excepciones como Turquía, donde la lira se ha debilitado ante el dólar este año, el retorno a un mayor control gubernamental ha sido “algo muy negativo para la economía”.
Sin embargo, la opinión de que una mayor independencia siempre es mejor también se está cuestionando en las esferas más altas de la profesión.
Raghuram Rajan, exgobernador del Banco de la Reserva de India y ahora profesor en la Universidad de Chicago Booth, dijo: “Creo que, como comunidad, los banqueros centrales deberían ser cuestionados y la democracia tiene derecho a preguntar qué están haciendo y por qué”. Y el Sr. Rajan dice que es inevitable que haya una mayor interferencia política.
La posibilidad de que la nueva relación entre políticos y banqueros centrales sea perjudicial dependerá de las circunstancias individuales de los diferentes países.
En EU, las exigencias de Trump de una política monetaria fácil representan una ruptura de los precedentes. Sus predecesores más recientes guardaron silencio sobre las decisiones del banco central, y las intervenciones anteriores durante los mandatos de Ronald Reagan y George H.W. Bush se mantuvieron en gran parte, aunque no enteramente, en secreto.
Sin embargo, hasta la fecha, la historia de las tensas relaciones de Trump con la Fed ha sido mixta. Don Kohn, un exvicepresidente de la Fed que ahora es parte del grupo de expertos de la Institución Brookings, dijo que no había “ninguna evidencia” de que la administración Trump hubiera tratado de usar su poder de nombramiento a la junta de la Reserva Federal para influir en el rumbo de las decisiones.
En otros lugares, las cosas son más serias, dijo Willem Buiter, asesor económico especial de Citigroup; la presión del gobierno sobre el Banco de la Reserva de India es un excelente ejemplo de la tensión.
La independencia operativa del RBI se ha visto considerablemente perjudicada por los ataques concertados del gobierno de Narendra Modi, según Eswar Prasad de la Institución Brookings.
Los banqueros centrales podrían intentar responder intensificando los esfuerzos para justificar sus políticas y poderes ante el electorado.
Fuente: El Financiero